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Monclova, en medio de crisis por producción de acero

Cartera vencida de AHMSA es muy grande y sus ingresos, aun con el aumento del 100 % en el precio del acero, no son suficientes para saldarla

Altos Hornos de México S.A.B., más conocido como AHMSA, está ubicada en Coahuila, a 241 kilómetros de Estados Unidos y 1,022 kilómetros de Ciudad de México. (ARCHIVO)

Altos Hornos de México S.A.B., más conocido como AHMSA, está ubicada en Coahuila, a 241 kilómetros de Estados Unidos y 1,022 kilómetros de Ciudad de México. (ARCHIVO)

SERGIO A. RODRÍGUEZ

La industria siderúrgica en Coahuila se encuentra sumida en una severa crisis. Produce solo la mitad de lo que era su facturación normal y enfrenta una grave recesión por falta de flujo financiero y por situaciones legales del actual presidente del Consejo de Administración de Altos Hornos de México, Alonso Ancira Elizondo, quien permaneció preso en Ciudad de México acusado de vender a precio inflado a Pemex la industria química de Veracruz AgroNitrogenados, y después por presunto lavado de dinero: demandas que fueron retiradas tras un arreglo con la paraestatal.

Su arresto no ha permitido que se cristalice la venta de sus acciones (más de la mitad del total del valor de la siderúrgica) a Julio Villarreal, su grupo Villacero y los demás socios que integraron la Alianza Minerometalúrgica Internacional (AMI), lo que mantiene en vilo alrededor de 20 mil empleos, y una de las industrias más importantes para la infraestructura de la nación.

En su informe a la Bolsa Mexicana de Valores, AHMSA informó que durante el primer trimestre de 2021 sufrió una pérdida EBITDA por 537 millones de pesos, unos 27.2 millones de dólares.

Según cálculos de las cámaras empresariales, a los empresarios de Monclova se les debe cerca de mil millones de pesos, y también suman varias decenas de millones de pesos que debe en finiquitos a trabajadores que se retiraron. Su cartera vencida es muy grande, y sus ingresos, aun con el aumento del 100 por ciento en el precio del acero, no son suficientes para saldarla, adquirir mayor volumen de materia prima e insumos para incrementar la producción y recontratar a las empresas encargadas de los mantenimientos preventivos y correctivos de los equipos de la industria, que en dos años paralizadas y sin servicios, requieren este con urgencia.

¿QUÉ ESTÁ EN JUEGO?

Altos Hornos de México S.A.B., más conocido como AHMSA, está ubicada en Coahuila, a 241 kilómetros de Estados Unidos y 1,022 kilómetros de Ciudad de México. Tiene vastas instalaciones en el desierto de Coahuila, desde la sierra montañosa en el occidente del estado hasta las llanuras del centro de la entidad y en una orilla de Chihuahua.

El hierro es extraído de la tierra, en minas a cielo abierto en Hércules, en el extremo occidental de Coahuila y en La Perla, a unos kilómetros de distancia pero en el estado de Chihuahua. Con explosiones controladas y gigantescas maquinarias arrancan el producto de las rocas y lo extraen del lugar para darle su primer tratamiento.

Este es triturado, se le retira el material ajeno al fierro y se le agregan agua y diversos aditivos para convertirlo en un lodo espeso que se introduce a un "ferroducto", un tubo de acero de 14 pulgadas o 35.56 centímetros de diámetro, recubierto con caucho en su interior, que conduce el concentrado del mineral desde Hércules, en lo alto de la Sierra Madre oriental, hasta la llanura donde está Altos Hornos de México, en Monclova, a una distancia de 293 kilómetros de la mina, en el Centro de Coahuila.

El agua que se usa para producir el lodo ferroso se recupera en Monclova, en la Peletizadora, para volver a reutilizarla, pasa primero por una planta de tratamiento industrial y se vuelve a usar. El lodo se filtra en unos enormes discos para retirarle el líquido, y al concentrado sólido del mineral, seco, se le agregan productos aglomerantes para formar pequeñas bolitas de mineral de más o menos un centímetro de tamaño llamadas pelets, que se hornean a 1,300 grados centígrados para su endurecimiento y posterior envío a un enorme horno de fundición, llamado Alto Horno.

CARBÓN MINERAL

Para alcanzar las temperaturas necesarias para fundir el metal, AHMSA, como otras siderúrgicas, utiliza carbón mineral, llevado en ferrocarril desde otras minas de su propiedad ubicadas en el mismo estado, a unos 120 kilómetros al norte de Monclova. Este material se calienta a muy altas temperaturas durante 18 horas en gigantescos hornos verticales de la planta Coquizadora, que convierten el producto en carbón coque.

El carbón es extraído de otras minas también propiedad de Altos Hornos, ubicadas en varios municipios de la Región Carbonífera.

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Largos túneles de cientos de metros recorren el subsuelo de aquella región rica en el mineral de hulla, que extraen por toneladas para transportarlo a la siderúrgica después de un proceso de lavado, para ser horneado y convertido en carbón coque.

El trabajo para extraer este carbón mineral es en extremo peligroso y por eso mismo caro; las explosiones y los "caídos" o derrumbes son los principales desastres en estos túneles, que han costado la vida a cientos de trabajadores. Un ejemplo es el recordado en la mina Cuatro y Medio de Pasta de Conchos en San Juan de Sabinas (propiedad de Grupo Minera México) que costó la vida a 65 mineros, 63 de los cuales aún siguen enterrados bajo toneladas de tierra y rocas a cientos de metros de profundidad.

El carbón mineral extraído es trasladado a AHMSA y es horneado para que adquiera las características necesarias para el siguiente proceso.

Toneladas de coque y pelets de fierro son introducidas a un Alto Horno para su fundición, este es una estructura de más de 50 metros de altura; al carbón mineral se le inyecta aire caliente a alta presión que lo enciende y funde el fierro a 1,650 grados centígrados, y lo convierte en fierro de primera fusión, denominado arrabio.

El arrabio (que continúa líquido), es vaciado a través de canales a carros tanque térmicos de ferrocarril de 200 toneladas de capacidad, que son por máquinas de tren lo llevan a la planta Desulfuradora, donde se le aplican carburo de calcio y magnesio para eliminar contenidos de azufre.

Este producto aún no es acero, es fierro. El material es depositado en un horno de aceración con base en oxígeno, con capacidad de 150 toneladas del producto, en un proceso conocido como BOF por sus siglas en inglés, al que previamente se le puede depositar chatarra de fierro en una cantidad medida. El producto se funde y refina inyectándole oxígeno, argón y nitrógeno líquido, y tras unos 45 minutos se obtiene el acero líquido. Luego se le agregan otros minerales para crear diferentes aleaciones, de acuerdo al tipo de metal que se necesite según su uso.

Otro proceso es el de horno eléctrico o de arco eléctrico, donde comúnmente se utiliza chatarra para reciclar, y también trabaja con arrabio de primera fusión, se deposita en uno de estos contenedores, que como en el proceso anterior, están recubiertos de ladrillos refractarios, y con descargas de 140 megavatios se funde el contenido y convierte ahora sí en acero, que también se adiciona con ferroaleaciones de acuerdo al tipo de material que se requiera, y se pasa a tratamientos secundarios para darle las propiedades adecuadas para lo que será utilizado.

El producto líquido es finalmente solidificado en máquinas denominadas de Colada Contínua que los transforman en planchón, acero base para los posteriores procesos de laminación.

Con el acero de AHMSA, por ejemplo, se producen barcos para la Marina Armada de México, maquinaria pesada, carros de ferrocarril, hojalata para envasar una gran cantidad de productos alimenticios y un sinfín de productos de uso común en los hogares, también piezas especiales para la construcción de viviendas prefabricadas, estructuras y perfiles para edificios y para fabricación y producción industrial.

El uso de este metal está en todas partes: en el clavo que sostiene la foto de la boda de los abuelos que está en la pared; en las varillas y alambrón que están dentro del cemento en las paredes y techos de las casas; en los cuchillos de la cocina, en la cuchara para la sopa, en el refrigerador, en la estufa; en las bisagras de las puertas de la habitación; en la reja de metal de la cochera; en las tapas y corcholatas de muchas bebidas; en los barcos, en los carros, en los aviones, en los trenes, en las naves espaciales… En fin, a donde se voltee hay acero. Adentro, afuera, arriba, abajo, visible o no, está el metal indispensable para la humanidad.

Para su comercialización, el acero es presentado como materia prima en rollo, placa, planchón, barra o perfil de acuerdo a las necesidades de cada cliente y que puede ser laminado en frío o en caliente. También se puede presentar como producto terminado como placas con aleaciones especiales y en tamaños y medidas específicas, como lo piden los astilleros para la fabricación de barcos, o galvanizado o pintado para la fabricación de productos de línea blanca.

Como ejemplo de aceros especiales está el barco "Reformador" de la Marina Armada, una patrulla rápida de la fuerza naval mexicana que fue "botada" de los astilleros de Oaxaca, y que fue fabricada con acero de Monclova.

EL FERRODUCTO

Como su nombre lo indica, es un ducto, que conduce mineral concentrado de fierro de la mina para que llegue a la siderúrgica. Es un tubo de acero de 14 pulgadas de diámetro, recubierto con caucho en su interior, que transporta el concentrado del mineral desde Hércules, en lo alto de la sierra madre oriental, hasta el valle donde está Altos Hornos de México, en Monclova, a una distancia de 293 kilómetros de la mina, en el Centro de Coahuila.

Para transportar el material sólido, ya triturado se le agregan agua y aditivos para convertirlo en una pasta lodosa que pueda fluir y no se vaya adhiriendo a las paredes internas del ducto. En sus 293 kilómetros de viaje hay sólo un equipo de rebombeo para que no se detenga el producto.

Tiene alrededor de 21 años en operación, y cada cierto tiempo requiere mantenimiento preventivo y sustitución de tramos de la línea para garantizar su apropiado uso sin sufrir pérdidas o derrames.

Las minas de Hércules se ubican a unos 1,400 metros sobre el nivel del mar en la sierra y Monclova está a poco más de 600 metros de altitud. Esta diferencia de alrededor de 200 metros de alturas permite que la pulpa o concentrado del mineral viaje por gravedad la mayor parte del trayecto de casi 300 kilómetros, y requiera solo un equipo de rebombeo.

Este es el segundo "ferroducto" más grande de América, únicamente rebasado por el de la empresa británica Anglo American PLC, de 525 kilómetros de largo, que entró en operaciones a finales de 2014 en Brasil, y que utiliza seis plantas de rebombeo para trasladar el mineral en lodo desde sus minas hasta la costa.

537

MILLONES

de pesos perdió AHMSA durante el primer trimestre de este 2021.

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