Pese a la reactivación de algunos sectores económicos, se mantienen condiciones de poco trabajo para el transporte en general, y sobre todo, en lo que toca al escolar, que tiene más de un año suspendido.
Félix Caldera Serrano, secretario general del Frente de Apoyo de Organizaciones de Transporte (FAOT), señaló que la reactivación en las distintas ramas se ha dado a cuentagotas y esto ha repercutido en la calidad de vida de miles de familias que dependen de esta actividad.
Explicó que tanto los taxis como los autobuses rojos, el transporte escolar y de materiales de construcción, han visto muy afectada su operación en el último año por la pandemia de COVID-19 y el confinamiento derivado de ella, que provocó una crisis en la economía.
Señaló que, en cuanto a los camiones materialistas, operan al 30 ó 40 por ciento como máximo, pues las condiciones de inversión, tanto de gobierno como de particulares, permanecen frenadas, de modo que las organizaciones se han logrado mantener con el poco trabajo que ha habido.
Indicó que, en el caso del transporte escolar, que prácticamente está detenido desde hace más de un año debido a la suspensión de clases presenciales en las escuelas, los concesionarios han tenido que buscar otro tipo de actividades para sostener a sus familias, algunos han optado por el comercio mientras que otros migraron a Estados Unidos.
