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Asesinan a defensores de ríos

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JULIO CÉSAR RAMÍREZ

El 28 de marzo fue asesinado a balazos Jaime Jiménez Ruiz, ex agente municipal de Paso de la Reina, Oaxaca. El 23 de enero fue ultimado Fidel Heras Cruz, presidente del Comisariado Ejidal de la misma comunidad. Ambos participaron en la defensa del Río Verde contra la construcción de dos presas hidroeléctricas en esa región impactada por una ola de crímenes impunes. En el estado de Veracruz, el 13 de febrero, fue hallado muerto en una fosa clandestina Miguel Vázquez Martínez, defensor del Río Bobos-Nautla en Tlapacoyan. Los tres -Jaime, Fidel y Miguel- formaban parte del Movimiento Mexicano de Afectados por las Presas y en Defensa de los Ríos (MAPDER).

El de Jaime Jiménez fue el quinto asesinato en Paso de la Reina. La noche del 14 al 15 de marzo, fueron acribillados a tiros Raymundo Robles Riaño, suplente del agente municipal, Noé Robles Cruz y Gerardo Mendoza Reyes, en el Barrio Chico de la comunidad.

Ubicada en la costa oaxaqueña, Paso de la Reina es una comunidad de apenas 500 habitantes, símbolo de una lucha pacífica y por los cauces legales contra megaproyectos y extractivismo. Padece autoritarismo caciquil e impunidad, origen de la violencia.

Desde 2007, los pueblos mixtecos, chatinos y afromexicanos de esa región emprendieron una fuerte lucha contra las pretensiones de la Comisión Federal de Electricidad que ha intentado la construcción del Proyecto Hidroeléctrico de Usos Múltiples Paso de la Reina sobre el Río Verde, un kilómetro arriba de la comunidad; frenado por los pueblos.

Recién el 14 de marzo de 2020, el Consejo de Pueblos Unidos por la Defensa del Río Verde (COPUDEVER) -al que pertenecían Jaime Jiménez y Fidel Heras Cruz-, dio a conocer que un nuevo proyecto amenaza al Río Verde, el Proyecto Hidroeléctrico para la generación de energía renovable PH Río Verde, de la empresa privada ENERSI S.A. de C.V., al que resiste.

Jaime Jiménez, quien integraba además el comité de la asociación ganadera local, fue asesinado el 28 de marzo en el camino de Santiago Jamiltepec a Paso de la Reina.

El 23 de enero, Fidel Heras fue ultimado cerca de la vecina comunidad La Esperanza. El homicidio se dio en el contexto de un conflicto surgido en 2019 relacionado con la extracción de material pétreo del Río Verde, frente al cual, Fidel y su pueblo se opusieron reiteradamente.

El crimen de Fidel Heras sigue impune, pese a las amenazas de muerte de parte de la familia caciquil que denunció la comunidad y del realce internacional que dieron a la noticia incluso la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la delegación de la Unión Europea.

Oaxaca padece una crisis institucional. La agenda de derechos humanos no es prioridad en el estado ni en el país. En pleno periodo electoral, los partidos están más preocupados por sus candidaturas.

En Veracruz, la ubicación del cuerpo de Miguel Vázquez Martínez fue posible en la segunda semana de febrero por la detención de tres personas relacionadas con el secuestro del defensor de ríos, cuyos testimonios llevaron a personal de la Unidad Especializada Contra el Secuestro a una casa de seguridad, en la localidad La Otra Banda, de Tlapacoyan, donde fueron localizados los restos en una fosa clandestina.

Vázquez Martínez era defensor del ambiente y empresario citrícola en la región central de Veracruz. Destacó por ser fundador y tesorero de la Alianza de Comunidades y Organizaciones en Defensa del Río Bobos-Nautla, que está en contra de la construcción de presas y represas que afectan el cauce de los ríos.

El 20 de octubre de 2020, Vázquez Martínez fue sacado de su domicilio por personas que fingieron ser compradores de naranja, le pidieron mostrar las plantaciones del cítrico, donde lo pusieron en cautiverio y trataron de negociar el pago de un rescate, que nunca se concretó porque al principio exigieron cifras millonarias y luego desaparecieron.

En Oaxaca, los días son tristes en Paso de la Reina, y el aire que se respira es de tensión y preocupación, abandono. Las viudas quedan al frente de sus hijos huérfanos por la violencia, las familias lloran a sus muertos, tratando de entender qué ha pasado con la comunidad, por qué se permite tanta impunidad.

La impunidad sigue matando.

Un clamor de justicia para Jaime, para Fidel y por ríos libres, surge de aquellas comunidades.

Hasta hoy día, Paso de la Reina no cuenta con ninguna medida cautelar por parte de autoridades estatales o federales.

Temen otro ataque.

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