Una investigación pendiente es la de analizar las irregularidades y actos de corrupción que se dieron en la compra de materiales médicos para la atención del COVID: medicinas, cubrebocas, respiradores, batas, guantes, etc. Las compras insuficientes, las compras a sobreprecio, la contratación de empresas fantasma, la compra de medicamentos caducos o sin registro sanitario, y muchos casos más. Sin embargo, para poder analizar las irregularidades que se dieron en México, también se deben tomar en cuenta los extraños registros de compras de insumos médicos de la actual administración. Uno de los casos a analizar, y no sólo en lo referente a la compra de medicamentos, tiene que ver con las contrataciones registradas en la plataforma Compranet bajo el rubro de "otras contrataciones".
Si se hace una revisión de las compras de medicamentos del 2013 al 2020 en esta plataforma, se pueden apreciar varias cosas. Primero, la variación en el monto total de compras por tipo de procedimiento: del 2013 al 2017 las "licitaciones públicas" eran superiores a las "adjudicaciones directas" y a los procesos de "invitación a cuando menos 3 personas". En 2016, este esquema se revierte y el monto de "adjudicaciones directas" fue superior. Sin embargo, desde el 2018, año de transición de gobierno, aparece una nueva categoría en la plataforma: la de "otras contrataciones". Cabe señalar que esta clasificación no nos permite identificar si fueron procesos que se dieron por licitación pública o por adjudicación directa. En 2018, el monto registrado para "otras contrataciones" en la compra de medicamentos era menor: 4 mil millones de pesos, comparado con casi 23 mil millones contratados a nivel federal a través de "licitaciones públicas".
Pero a partir del 2018 el monto de contrataciones de medicamentos a nivel federal registrado bajo el rubro de "otras contrataciones" empezó a aumentar paulatinamente, hasta que en 2020 las compras registradas en esta categoría fueron 5 veces mayores a las registradas bajo "licitaciones públicas". Lo que sorprende aún más es que muchos de los contratos de estas compras no se encuentran en la plataforma porque no se subieron. Menciono el año en que empieza el aumento de registro de "otras contrataciones" en la compra de medicamentos por dos motivos: primero porque podría parecer que son clasificaciones que se hicieron por la emergencia sanitaria del COVID, pero dicha explicación se cae al ver este tipo de contratación desde 2018. Segundo, porque el gobierno federal argumentó que debido a la corrupción y opacidad en la compra de medicamentos era necesario cambiar de modelo de compras. Todo este análisis se desprende de la investigación que hizo Alejandro Melgoza para el proyecto "Operación Desabasto".
Para los que no estén familiarizados con la crisis actual e intensificada de desabasto de medicamentos en el país les recomiendo revisar el trabajo del colectivo "Cero Desabasto" y la investigación, antes mencionada, "Operación Desabasto", de Impunidad Cero y Justicia Justa. Haciendo un resumen muy somero de los hallazgos de estos esfuerzos conviene señalar que la situación actual y agudizada de desabasto de medicamentos es producto de una fallida estrategia anticorrupción del actual gobierno. Aduciendo que había corrupción en el sector salud se cambió drásticamente de modelo de compra y distribución de medicamentos produciendo el desabasto generalizado de medicamentos que estamos viviendo. Lo que nos queda es el peor escenario: un sistema de compra de medicamentos arruinado, procesos de compra opacos y un sistema de salud pública endeble e ineficiente para hacer frente al COVID y al resto de afectaciones y padecimientos.
Constantemente el Presidente hace mención a una misma narrativa: que no son como los de antes y que en la actual administración ya se acabó la corrupción y la impunidad. Si esto es cierto que empiecen a demostrarlo haciendo públicos los contratos de todas las compras de medicamentos y explicando a qué se refieren cuando mencionan "otras contrataciones".
