Ilustre. Umberto Eco fue una de las mentes con más influencia en el mundo contemporáneo.
La figura del erudito encerrado en su torre de marfil no iba con Umberto Eco. El pensador italiano, muerto hace cinco años, cautivó a los lectores de todo el mundo con sus novelas y, con sus escritos, puso sobre la mesa cuestiones más que actuales, como los riesgos de internet o de las derivas totalitarias.
El filósofo italiano fallecía un 19 de febrero de 2016 en Milán, a los 84 años de edad y, para conmemorar la efeméride, la televisión pública de su país ha prepararó una maratón de emisiones a lo largo de la jornada con sus intervenciones más aplaudidas.
Asimismo la editorial La Nave di Teseo, fundada por él pocos meses antes de morir, ha publicado su autobiografía de la prestigiosa colección estadounidense Library of Living Philosophers (2017), inédita hasta la fecha en italiano.
Eco (Alessandria, 1932) fue niño en la Italia fascista y completó sus estudios de Filosofía en la Universidad de Turín con una tesis sobre Santo Tomás, último acto de fe antes de abrazar el ateísmo.
En la década de los sesenta fue profesor de Estética en esa ciudad y en Milán y de Semiótica en Bolonia, investigando siempre la comunicación en la cultura de masas.
El salto a la fama mundial llegó con su debut en la novela, El nombre de la Rosa (1980).