Al final del encuentro ambos equipos se tomaron la fotografía oficial.
Una vez más, Vaqueros y Santos Laguna lograron el objetivo de brindar una tarde repleta de diversión para los aficionados, y de paso recaudar fondos para instituciones de beneficencia. Naranjas y albiverdes terminaron empatados a 6 carreras por bando, pero anoche lo de menos fue el score, lo realmente importante es que el Estadio de la Revolución registró un lleno casi total en una edición más del juego de "Estrellas Unidas de Corazón", donde los dos equipos profesionales de la región, brindan un tiempo de descanso para convivir con sus aficionados, jugar de manera diferente, y ayudar a la Casa de la Madre Lola y a Vida Centro de Salud Mental.
El comité organizador, encabezado por el Club Rotario Torreón Campestre, dispuso una auténtica fiesta para los aficionados desde la misma explanada de la entrada principal al parque de pelota. Una larga fila de aficionados se observaba a la espera de poder recibir los autógrafos de los Guerreros Javier "Chuletitas" Orozco, Juan Pablo "chato" Rodríguez y el uruguayo Ribair Rodríguez. Por Vaqueros firmaron souvenirs, posters y prendas, el lanzador Salvador Valdez, el outfielder Juan Carlos Linares y el catcher Saíd Gutiérrez. La explanada ya era pura fiesta, con música amenizando, y las ocurrencias de las botargas de distintas marcas patrocinadoras, como restaurantes y empresas de gas.
Al ingresar a las gradas del estadio, se podía observar un panorama no muy común en el Revolución, con cientos de camisetas albiverdes en la tribuna, mostrando los laguneros su devoción al equipo santista. Por los aficionados al beisbol, las gorras con la "L" bordada, aparecían en la tribuna, y es que también hacía falta protegerse del sol que pegaba a plomo, lo que no hizo mella en los aficionados, que desde las 19:40 horas ya estaban instalados en sus asientos, aguantando con aplomo los rayos solares a la espera de la voz de "playball".
Pedro Caixinha y su cuerpo técnico fueron los primeros en salir a calentar, pero pronto les caló el sol y decidieron refugiarse bajo la sombra de uno de los tres brincolines que estaban posicionados sobre el diamante, donde se corrió una divertida carrera de botargas. Oswaldo Sánchez fue el encargado de confeccionar el orden al bat de los santistas, tomando él la responsabilidad de subirse a la lomita como pitcher abridor. Se realizó la presentación de ambos equipos, donde nombraron uno a uno a los jugadores, así como a, cuerpo técnico, médico, las mascotas y los umpires, el famoso "Venturita" y el ingeniero Alejandro Soto, anotador oficial del Club Vaqueros.
Los más ovacionados en la presentación fueron Oswaldo Sánchez y Rafael Figueroa por Santos, mientras que Santiago González y Oswaldo Morejón fueron quienes recibieron más palmas, aunque si hubo alguien acaparó el cariño de los aficionados, ese fue el pollo Vaquero. A las 20:25 se cantó el "playball", siendo Linares el pitcher abridor por Vaqueros, y al primer lanzamiento, recibió el primer imparable de Alonso Escoboza. El mochiteco se robó la intermedia y anotó con hit de Javier Abella.
En la segunda tanda, Oswaldo Sánchez disparó batazo que se convirtió en triple con la ayuda de Darwin Quintero, quien ejecutó el truco de la "bola escondida", pero a pesar de eso, Linares colgó el cero. En el cierre los Vaqueros respondieron con 3 anotaciones, pegando Morejón fly al central, donde Darwin hizo un buen recorrido y le llegó a la bola, pero cayó de su guante, con lo que anotaron Diego Madero y Jaime Lúa. El propio Morejón llegaría al pentágono con imparable de Francisco "Chipper" Méndez, bateando de derecho.
Para la tercera entrada ingresaron los aficionados que se ganaron su lugar mediante un concurso de la página de Facebook de los Vaqueros, y los fanáticos tronaron el bat, pues anotaron 5 carreras para la causa santista en la cuarta entrada. Sin embargo, los naranjas supieron responder en el cierre, logrando el empate, anotando la última carrera Florencio Bustillos. Se decretó el empate finalizando el juego a las 21:45 horas, aunque después se realizó el tradicional concurso de jalar la cuerda, que fue ganado por los peloteros, y la toma de la fotografía oficial, donde los rostros reflejaban alegría, y el ansia porque llegue la próxima edición de este juego de beneficencia, único en nuestro país.
